viernes, 9 de noviembre de 2012



Me declaré la guerra
olvidándome de amarme,
perdonarme, mimarme
cuidarme, darme….


Combatí con mi yo
en el eterno retorno
del descomponerme,
reconocerme, perderme,
verme, desconocerme…

¿Por qué nadie me dijo que
podía bajarme la guardia?
¿Porque nadie me dio la mano
y suspiró en mi oído?:
pequeña, eres pequeña,
humana, eres humana
imperfecta, eres imperfecta….

¿Por qué nadie me reveló el secreto?
¿Por qué nadie me dijo que pequeña,
humana e imperfecta era digna de amor?

Sabiendo que me amáis imperfecta
en la retaguardia puedo dormirme
reírme, sentirme,
abolirme y revivirme.

En el desgarrador existir
de la mujer que proyecto
puedo bucearme la epidermis
verme completa e imperfecta
sobrevivirme,
darme una tregua perpetua
y firmarme la paz.

2 comentarios:

impersonem dijo...

Tu viaje poético por tu yo interior y por tu epidermis es muy lúcido, al fin y al cabo si queremos que nos acepten tal cual somos los primeros que tenemos que aceptarnos así somos nosotros.

Por motivos personales graves no escribo ya en mi blog y no visito los blogs que siempre visitaba, pero en este año que recién comenzó quería pasarme para desearte a ti y a los tuyos lo mejor de lo mejor para cada día de este 2013. Qué la paz te rodee y la felicidad te acompañe siempre.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Los hombres queremos fecundar a las mujeres que amamos no solo penetrándolas por la vagina sino tambien por el ano y penetrando ademas su boca con nuestra lengua las queremos hacer templos vivos de nuestro cuerpo.
Que las mujeres sean cofres vivientes que guarden los apéndices vivos(pene y lengua) de los cuerpos de los hombres.
Una mujer sobreamada(amada con el alma y el cuerpo) se vuelve una mujer adorada.